La autonomía de los
dispositivos es un tema que trae de cabeza a muchos expertos en
tecnología y la preocupación va desde los teléfonos móviles a los coches
eléctricos. En teoría, se pretenden conseguir baterías duraderas para
aumentar el tiempo de uso y reducir el número de desechos tecnológicos. Y
esto también se aplica a los sistemas que alimentan los hogares.