«No tenemos internet, no podemos acceder a ningún documento almacenado en red, nos tenemos que traer nuestro propio ordenador y conectarnos al 5G del móvil. Por no poder, no podemos ni imprimir. Trabajar así es imposible«. Esta es la situación que viven desde hace dos semanas los más de 650 empleados del mayor organismo público de investigación agraria y alimentaria del país, el INIA (Instituto Nacional de Investigación y Tecnología Agraria y Alimentaria), adscrito al Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) y dependiente del Ministerio de Ciencia, Tecnología e Innovación.