Presentada como la gran apuesta de Francia para la inteligencia artificial, el chatbot Lucie pretendía ser una alternativa confiable y transparente a gigantes como OpenAI y Google. Sin embargo, en apenas tres días, el proyecto pasó de la ambición a la vergüenza. Sus respuestas absurdas—como afirmar que los huevos de vaca son una fuente nutritiva
o fallar en cálculos matemáticos básicos—provocaron una ola de burlas
en redes sociales, obligando a sus creadores a suspender el servicio.