Si te va el tema del videojuego retro sabrás que hay cartuchos de
SNES que hoy cuestan una barbaridad de dinero y otros que tienen un
valor incalculable. La razón de ser del Home Banking System
era justo lo contrario: que con un sencillo cartucho del Cerebro de la
Bestia pudieses gestionar tu propio dinero o pagar tus gastos desde
casa. Tan simple como suena. Y pese a que, como veremos, aquella
iniciativa se quedó en un prototipo, la idea en sí ya existía y en Japón
estaba presente desde los tiempos de la Famicom.